Venezuela es un paĆs relativamente grande, con poco menos de un millón de kilómetros cuadrados, cerca de 39 millones de habitantes, premiado por la naturaleza, ubicado en un espacio geogrĆ”fico de AmĆ©rica del Sur y el Caribe, envidiable, con una riqueza renovable y la renovable, que supera, por mucho, la de otros paĆses de la región y del mundo.
Tiene la mayor reserva estratĆ©gica de petróleo mundial, mucho gas, oro, ferronĆquel, hierro, bauxita, diamante, nĆquel, carbón, coltĆ”n, plomo, asbesto, uranio, agua, mucha agua, con grandes hidroelĆ©ctricas, presas grandes y pequeƱas, para suplir buena parte de la energĆa elĆ©ctrica que necesita y no depender tanto de los combustibles fósiles, tiene extensas Ć”reas forestales, (bosques) tierras fĆ©rtiles para la agricultura, zonas turĆsticas, con hermosas playas y montaƱas y “saltos de agua” espectaculares.
Posee una biodiversidad, flora y fauna, maravillosa, similar a la de Colombia, paĆs con el que hace frontera, igualmente grande, con mĆ”s de un millón de kilómetros cuadrados y una población de gente exquisita que supera los 54 millones.
Hace dĆas escribĆ un twitt que dice: “De algo estoy convencido: si HaitĆ tuviera las reservas petroleras estratĆ©gicas mundiales que tiene Venezuela, hace tiempo que Estados Unidos lo hubiera invadido, desarticulado las bandas, matando y encarcelando a todos sus integrantes, en nombre de la paz y la democracia”.
Pero en Haità no hay mÔs que pobreza, miseria, desolación y muerte. Haità no tiene las riquezas que tiene Venezuela. Asà de sencillo, asà de simple.
Desde la llegada al poder del comandante Hugo ChĆ”vez FrĆas en el aƱo 1998, los Estados Unidos han mantenido una campaƱa sistemĆ”tica de agresiones, sanciones, intento de golpe de estado, sabotaje, conspiraciones para asesinarlo, hasta su muerte en el 2013, siendo sustituido por el actual presidente NicolĆ”s Maduro, que se ha mantenido en el poder desde entonces, acusado de dictador, asesino y narcotraficante, mientras aumenta las sanciones, siendo el paĆs con mĆ”s sanciones del mundo seguido de Rusia. Para colmo, el coloso del norte ha impuesto una recompensa histórica de 50 millones de dólares para el que lo mate, con lo cual busca que grupos militares o mercenarios internacionles formen brigadas para aniquilarlo, violando todos los acuerdos internacionales de autodeterminación y soberanĆa de los pueblos del mundo.
Para justificar su invasión a Irak, que costó mÔs de un millón de muertos, Estados Unidos acusó a esa nación de tener armas biológicas de destrucción masiva. Esas armas nunca existieron, como comprobó las Naciones Unidas. Se trató de un argumento, una excusa, un expediente falso para derrotar y matar el presidente de esa nación, Sadam Husein, destruyendo a Bagdad, una ciudad milenaria.
Ahora, para enfrentar y derrotar y matar el presidente Maduro, Estados Unidos lo convierte en lĆder del cartel de los Soles, un cartel que no existe. Acusa a Maduro de introducir miles de toneladas de drogas en su territorio, lo cual es improbable. En Venezuela no hay drogas, no se ha encontrado un solo laboratorio. Venezuela no produce amapola, coca, ni otras materias primas de estupefacientes ilĆcitos. De ser cierto, en cualquier caso, es una vergüenza que Maduro tenga la capacidad de invadir con drogas al paĆs mĆ”s poderoso del mundo, con los organismos de seguridad mĆ”s famosos del planeta. Me pregunto ¿cómo es posible que Estados Unidos sea el paĆs de mayor consumo y trĆ”fico de drogas del mundo, con mĆ”s de 60 millones? ¿Dónde estĆ”n los capos de las drogas norteamericanos? ¿por quĆ© solo hay capos colombianos, mexicanos, dominicanos, bolivianos, etc., nunca estadounidenses, donde estĆ” la oferta y la demanda? En ninguno de los paĆses latinoamericanos hay consumo masivo de narcóticos. En la mayorĆa hay problemas de microtrĆ”fico, porque sus fronteras se usan como puente para llegar donde el consumo es masivo: Estados Unidos, donde la gente consume marihuana, cocaĆna y otras drogas fuertes casi de manera pĆŗblica, lo cual tambiĆ©n forma parte de una polĆtica bien diseƱada para mantener a la población enajenada y dormida por los efectos de las drogas, la propaganda y las religiones.
El guion ha sido el mismo: se escribió contra Salvador Allende, Juan Bosch, Fidel Castro, Hugo ChÔvez, Correa, Maurice Bishop, Caamaño, entre otros. Los que no han sido derrocados mediante un golpe de estado o asesinados, han tenido que ceder ante el imperio para evitar su muerte.
El argumento del fraude electoral patrocinado por Maduro ya no es utilizado, ahora es narcotrĆ”fico. El alegado “fraude electoral”, no lo hizo Maduro, lo organizó y lo puso en prĆ”ctica mucho antes de las elecciones la oposición venezolana con el financiamiento de la CIA y medios de comunicación internacionales que apoyaron una bestial campaƱa mediĆ”tica en contra del rĆ©gimen Chavista. Reconocidos agentes de la CIA como Edmundo GonzĆ”lez, el mata Cura, y MarĆa Corina Machado, entre otros.
Debo seƱalar que no existe un paĆs en el mundo invadido por Estados Unidos, que haya mejorado sus condiciones de vida materiales y espirituales despuĆ©s de una intervención militar. Al contrario, todos han visto desaparecer su desarrollo y progreso, volviendo a la pobreza ancestral. AmĆ©rica latina y Ćfrica, ha pagado, con su pobreza y marginalidad histórica, la riqueza, el desarrollo y el poderĆo, tanto de Estados Unidos, como de Europa.
“El miedo, la ignorancia y la injusticia”, como alguna vez dijo Cervantes, en, Quijote, siguen siendo los factores que han determinado el escaso desarrollo social de la humanidad, vigente en gran parte del universo. Penosamente aĆŗn hay gente que continĆŗa creyendo, a pie juntilla, todo cuando dicen los imperios a travĆ©s de sus medios de comunicación de masas, enajenĆ”ndolas, embruteciĆ©ndolas, impidiendo su emancipación, su capacidad crĆtica, para pensar y discernir.
No sĆ© ustedes, pero no estoy convencido de que Estados Unidos invada a Venezuela. No en este momento. Venezuela, no estĆ” sola, Nicolas Maduro aun cuenta con mucho respaldo de su pueblo, y de actores internacionales tan poderosos como China y Rusia, entre otros. Invadir a Venezuela, serĆa una aventura, una apuesta muy peligrosa. Estados Unidos ya no es el gendarme del mundo, ya no decide unilateralmente quien vive y quien muere. ¡Ya no!
No me trago el cuento, yo, al igual que el poeta espaƱol León Felipe, me sĆ© todos los cuentos: “Yo no se muchas cosas, es verdad/Digo tan sólo que he visto y he visto/que la cuna del hombre la mecen con cuentos/que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos/que el llanto del hombre lo taponan con cuentos/que los huesos del hombre los entierran con cuentos/y que el miedo del hombre…/ha inventado todos los cuentos/Yo no sĆ© muchas cosas, es verdad/pero me han dormido todos los cuentos…/y sĆ© todos los cuentos”.

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