Ley 225-20: cinco años, cero acciones contra el uso del plástico y el foam



La Ley 225-20, aprobada en 2020, estableció un plazo de cinco años para eliminar las fundas plásticas gratuitas y prohibir el uso del foam en alimentos y bebidas. Ese plazo venció el pasado 2 de octubre de 2025, pero basta recorrer cualquier supermercado o colmado del país para comprobarlo: todo sigue igual.

Cinco años después, los comercios continúan entregando fundas gratis y los vasos de foam se mantienen en cada mostrador. La gran pregunta es: ¿dónde está la fiscalización? y ¿qué ha pasado con los resultados prometidos?
Una ley que nació del escándalo

El proyecto de Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, presentado el 20 de junio de 2017 por el entonces senador Félix Nova Paulino, surgió tras la indignación pública por los videos virales que mostraban ríos y mares dominicanos repletos de desechos plásticos.

La pieza, tras años de debates, fue promulgada en 2020. Contiene 176 artículos, de los cuales los 172 y 173 establecen la reducción obligatoria del foam y de las fundas plásticas utilizadas en la venta y conservación de alimentos, otorgando un plazo de 12 a 36 meses para su eliminación gradual.


“Por los acuerdos internacionales como el de Basilea, todos los países debemos tener una gradualidad en la eliminación del foam y del plástico”, recordó el senador Alexis Victoria Yeb, quien reconoce que muchos sectores económicos aún se resisten a cumplir.

El reglamento de aplicación, que debía acompañar la ley desde el primer día, fue aprobado siete meses después, en mayo de 2021, con vacíos que dejaron espacio a la interpretación. Según Victoria Yeb, “hay una lucha de intereses donde los industriales que viven del plástico han frenado su sustitución, pese a que el mandato legal es claro”.
Plazos vencidos, ministerio ausente

La ley fijó una prohibición total en 60 meses, con reducción progresiva cada año. Ninguno de los plazos se cumplió.

El presidente de la Federación Dominicana de Comerciantes (FDC), Iván García, denunció que en cinco años el Ministerio de Medio Ambiente nunca convocó a los gremios comerciales para coordinar la transición.


“En estos cinco años nadie se ha acercado del ministerio a reunirse con las principales instituciones del comercio. Tenemos más de 2,400 supermercados afiliados en todo el país, y no ha habido ni una sola comunicación oficial sobre este tema”, afirmó.

García agregó que tampoco se entregaron los equipos o recipientes necesarios para clasificar los residuos:


“Se debió haber iniciado una campaña, con un año de anticipación, entregando tanques diferenciados para plásticos, desechos biodegradables y cristal. Pero con esta cero información, entendemos que los cinco años ya pasaron y no se va a aplicar nada”, expresó.

Mientras tanto, el Ministerio de Medio Ambiente insiste en que ha trabajado en la formación de inspectores y capacitaciones internas.

El asesor del ministerio, Joseph Tost, explicó que el proceso “incluye la preparación de inspectores que visitarán comercios para verificar si la entrega de fundas plásticas sigue siendo gratuita”. Sin embargo, no se reportan sanciones, ni inspecciones efectivas desde la promulgación de la ley.
Regulaciones sin impacto

En cinco años, la única medida visible ha sido una resolución del Ministerio de Medio Ambiente que prohíbe abandonar plásticos de un solo uso y foam en ríos, lagos y playas. La medida, aunque simbólicamente importante, no sustituye la falta de fiscalización comercial.


“Tenemos que ser más radicales. El plástico que usamos termina en los ríos, cañadas y luego en el mar”, sostuvo el senador Alexis Victoria Yeb, quien admite que la aplicación ha sido mínima y que aún faltan recursos y voluntad real para hacer cumplir la norma.

El propio Yeb reconoció además la inestabilidad institucional:


“¿Has visto que hemos tenido tres ministros de Medio Ambiente? El de ahora conoce el tema, pero se necesita implementar la ley de manera urgente”, dijo.
Políticos que legislan… y se olvidan

La historia se repite: los políticos crean leyes, las celebran, y las dejan morir en la burocracia.
El Ministerio de Medio Ambiente asegura tener “una ley que camina” y “voluntad política”, pero en la práctica, no hay resultados tangibles.


“Tenemos una ley que está caminando, tenemos una voluntad política de ir avanzando; no es fácil”, declaró el asesor Joseph Tost.

Sin embargo, la voluntad sin acción no limpia el medio ambiente.
Cinco años después, los ríos siguen cargando plástico, los comercios siguen repartiendo fundas, y el Estado no ha hecho cumplir su propia ley.
Un país que sigue nadando en plástico

La Ley 225-20 nació del escándalo que mostraba al mundo nuestros ríos y playas convertidos en vertederos. Hoy, tras el paso de la tormenta Melissa, esa imagen se repite: toneladas de fundas y vasos de foam flotando entre basura y lodo.

Cinco años después, la República Dominicana sigue atrapada entre la ineficiencia y la indiferencia.
Una ley que debía transformar la cultura del consumo terminó convertida en letra muerta, arrastrada por la corriente del olvido institucional.

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